martes, 18 de agosto de 2009

Ya nunca volverá a ser como antes


El tiempo es dulce. El tiempo es cruel. Es como el amor. Te amo y luego te odio. Las cosas pueden darse vuelta fácilmente, y aquello que creía inalcanzable a veces puede llegar con solo estirar el brazo a las oportunidades. Muchas me encontré escribiendo en este blog sobre mis penas de amor, y mi melancolia por querer volver el tiempo atrás. Hoy estoy completamente segura de que no quiero volver atrás y agradezco que lo que sucedió en el pasado está en el pasado. Así puedo disponerme para vivir y disfrutar mejor el presente. Un presente que estaba esperando, y que es aún mejor de lo que esperaba, que me dislumbra en cada momento incluso a la distancia. A veces las palabras no alcanzas para describirlo, aunque lo intente, supera aquello que conocía como amor. Amor tiene un nuevo significado, y es por eso que creo que cada experiencia renueva o resignifica el significado de esta palabra. Es por eso que a veces le atribuimos al amor una connotación buena y otras veces una connotación mala. Yo siempre voy a quedarme con aquella que es buena, a pesar de la melancolia, no hay nada mejor que recordar los buenos momentos y esperar por otros mejores.

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