lunes, 3 de marzo de 2008


Un mensaje escribiré cada día, promesa que no olvidaré. El sobre sellaré, con un beso eterno, será para ti. Al momento del adios, sollozando, no quise tus ojos mirar. Tu mano se volvió y apretó mi mano, por última vez. Te veo en las nubes, en cada rayo de sol, escucho tu voz en la brisa. Te nombro aunque no estés. Al momento del adios, sollozando, no quise tus ojos mirar. Tu cara se hundirá, en un reloj de arena, por siempre jamás. Una carta escribiré cada día. En ella mis sueños pondré, el sobre sellaré, con un beso eterno. Será para tí. Un beso sin fin