¡ No tendría ni que pensarlo !

Es simple, aunque cuando empiece a explicarlo la única conclusión a la que se puede llegar es totalmente lo contrario. Pasó un tiempo y todavía pienso igual que el primer día que dejó de formar parte de mi vida. Simple. Si vuelve, no dudo en decir " Sí, por supuesto que te quiero al lado mío otra vez. ¡Pero que esta vez no sea como antes! " o los inevitables pensamientos de que vuelve y pide que todo sea color de rosas, como solía ser en algún momento. Muy lindo pensar todo esto, pero cuando caes a la realidad, ahí te das cuenta de que raramente puede llegar a volver, raramente puede pedir que todo sea como antes, raramente puede pedir perdón por el tiempo perdido, raramente. Quizás (ciertamente) haya pensado dos o más veces el hecho de acercarme a esa persona. Y ahora contradictoriamente no dudo en quererla de vuelta conmigo. Por circunstancias que no van a ser mencionadas en este momento, me tuve que alejar. ¿Contenta con esa decisión? Por supuesto que no. Jamás podría estar feliz de estar alejada de una persona que me llenaba de felicidad a todo momento, a pesar del corto tiempo que pasé a su lado. Son este tipo de cosas, situaciones, momentos, los que te hacen pensar, " ¡Qué tarada! Nunca le dije bien lo mucho que era para mí ". O capaz que se lo dije, pero no la cantidad de veces que él lo hacía conmigo. Quizás pasó que por tener miedo a sufrir terminé sufriendo más.

"You're just like a dream" y siempre lo serás para mí.